El lenguaje humano, entidad compleja integrada por aspectos de distinta naturaleza, físicos, psicológicos y sociales, ha sido objeto de múltiples disciplinas a lo largo de la historia. Una de ellas, la filosofía, se ha ocupado de la relación del lenguaje con el mundo, la índole y los modos de significar de las palabras. Desde sus inicios en la cultura griega, la filosofía occidental también se ha preguntado por el origen del lenguaje como capacidad humana, y atribuido el surgimiento a razones psicológicas o sociales. La preocupación por las relaciones entre el lenguaje y el pensamiento trajo consigo el desarrollo de la lógica y la gramática filosófica, instrumentos de estudio para la excelencia hasta el principio del presente siglo.
En los primeros años del siglo XIX, la filología reorientó el interés por el lenguaje hacia la filiación genética entre las lenguas y su evolución. Posteriormente, y gracias a los avances tecnológicos, el aspecto físico del lenguaje, el sonido, se convirtió en el objeto de investigación acústica. Pero es la forma del lenguaje, es decir, sus elementos constitutivos y combinatoria, la característica que ha fascinado al ser humano desde tiempos remotos. En los comienzos del siglo XX aparece la lingüística y, con ella, una manera diferente de abordar el lenguaje. La lingüística define a éste como un sistema de signos cuya función específica es la comunicación y crear una metodología minuciosa de las unidades transmisoras de información. Actualmente, la lingüística constituye una herramienta indispensable del quehacer antropológico. El lenguaje, intrínsecamente ligado a la cultura, es simultáneamente medio y objeto de estudio de las ciencias sociales.
Objetivo:
Contribuir a la preparación de profesionistas capaces de responder al conjunto de necesidades derivadas de la persidad lingüística que prevalece en el país. Dotar al lingüista de las herramientas técnicas y teórico - metodológicas que le permitan: 1. Sintetizar y estructurar una lengua. 2. Reconocer y analizar en entorno lingüístico y sociocultural asociado al uso de una determinada lengua. 3. Conjugar los avances científicos provenientes de la lingüística con las demás disciplinas. 4. Incorporar el quehacer lingüístico en la búsqueda de alternativas para las soluciones de los problemas nacionales vinculados con el lenguaje.